Dos años de crecimiento personal y laboral en los equipos de Deluz y Compañía

«Desocupar para empezar a ocupar realmente tu sitio»

En general, las personas que lideramos proyectos como directivos tendemos a estar demasiado presentes en la gestión de proyectos. Uno, sin querer, piensa que saldrá mejor si estas ahí haciéndolo tú con el resto del equipo. En el fondo es porque nos va la marcha, porque tenemos pasión en lo que hacemos y nos metemos en todos los ajos de la empresa en la que estemos.

Si estás leyendo esta página web, probablemente será porque eres tremendamente inquieto en tu mundo. Serás alguien con metas, con ideas de avance, de mejora. Seguro que te cuestionas cómo hacer un poco mejor lo que haces. Cómo puede estar mejor tu equipo.

El entusiasmo es esencial. Sin entusiasmo y sin pasión es muy difícil pasar el día en un trabajo. Trabajar de comercial intentando vender aire es muy difícil. Trabajar atendiendo en un restaurante que no tiene sentido te hace salir por la puerta a la semana. Es muy duro trabajar en una empresa familiar media española o internacional con un dueño que ordena y manda sin preguntar y que si no haces lo que él piensa, te mira y te grita o, peor, te deja de hablar y de repente parece que ya no existes. Trabajar en una multinacional y sentirte observado por mil ojos donde nadie te dice si lo haces bien o mal, y llega un viernes por la tarde una llamada de recursos humanos y se desmorona tu vida. Trabajar en una empresa grande y ver que solo avanzan, no los que más saben y los que mejor hacen las cosas. sino los que mejor se mueven socialmente, los que saben lo que decir al de arriba para que se sienta bien es terrible.

Desocupar tu sitio es dar un paso para atrás y asumir un papel de escucha todavía mucho más proactiva. Es dejar de pensar que antes solo estabas tú y unos pocos, y que los demás eran los causantes del problema. Es darte cuenta de que estamos todos subidos en el mismo barco. Que la solución de los problemas la afrontamos todos juntos. Desocupar significa no ser el primero en intentar dar la solución cuando hay un problema o un conflicto, es esperar a que los demás hablen y, muy importante, uno a uno. Que no sea la vieja guardia como en el colegio, que solo hablaban los listillos y los lanzados y se quedaban entre medias el 90% de la clase sin decir nada. Desocupar es ser mas reflexivo en tu día a día e ir cambiando la forma de entrar en tu espacio de trabajo.

Sin querer te pones sobre los hombros la mochila de llevar la voz cantante. Al desocupar espacios aprendes más de los demás y sobre todo, DISFRUTAS mucho más de tu trabajo porque notas día a día, a veces con pasos de gigante y a veces con pasitos, que ahora, además de encontrar solución a los problemas, estos se te hacen cada vez menos difíciles. Y que las cosas se consolidan mucho mejor y más rápido que antes.

Desocupar y ver desde la barrera cómo ese equipo del que formas parte ahora decide y hace. Mientras que antes los directivos hacíamos y decíamos cómo se tenía que hacer. Ahora te preguntan más para pedir consejo de cómo lo harías tú desde la experiencia. Y esos conocimientos tienen ahora un matiz muy importante: van unidos a los de la otra persona. Y todo esto hace que los proyectos sean más sólidos en el tiempo.

A veces los directivos son como los escuadrones de la muerte: van los primeros porque no tienen miedo, se lanzan al vacío para que los demás tengan el camino allanado. Pero nadie pregunta a los que van detrás si esa era la ruta que querían seguir.