Inma Ruiz: «Intento escuchar más y a más personas»

Inma Ruiz comenzó en Deluz y Compañía en 2003, trabajando como una de las encargadas de Días Desur. En 2013 se convirtió en la responsable general de Deluz, y en la actualidad es la líder de operativa del grupo.

Inma Ruiz

Pregunta (P): ¿Qué pensaste cuando te explicaron qué era el cambio?

Respuesta (R): Más bien sentí un poquito de esperanza ya que las cosas no funcionaban muy bien. En los meses anteriores vivía tendencias preocupantes que no reconocía, que me hacían sentir bastante confundida y algo desconcertada. También sentí un cierto miedo a los cambios, pero de cualquier manera lo tomé como una oportunidad ya que era necesario un cambio de rumbo.

P: ¿Cómo conseguiste entenderlo?

R: Poco a poco, leyendo sobre el tema e intentando tener toda la información posible, con mentalidad de principiante. En mi caso, lo esencial es comprender las cosas para conectar con ellas, no se trata de convencer. A veces, debido a la necesidad vamos muy rápido. Esa rapidez requiere de más habilidad algunas veces para seguir el ritmo, darme cuenta de que está pasando y entender que el cambio es positivo a pesar de las dificultades y de los primeros resultados.

P: ¿Qué prácticas grupales realizas ahora que antes no hacías?

R: En mi día a día formo parte de diferentes tipos de reuniones de grupo. En Deluz hacemos varios tipos de reuniones operativas. Algunas nos sirven para preparar los eventos, repartirnos las tareas, otras para hacer parte del trabajo en equipo. Las hay de mejora continua en la que revisamos lo que hicimos, de retrospectiva, como mirar una jugada a cámara lenta. También tenemos reuniones para ver cómo vamos en ventas y cómo resolvemos nuestras dudas con el resto del equipo. Y en los demás restaurantes también participo en reuniones en las que trabajamos la mejora constante.

P: ¿Y qué habéis conseguido con esas reuniones?

R: Me gusta más decir qué vamos consiguiendo, porque estamos en ello, es la forma de hacer las cosas en el día a día. A principio es frágil, un día se consigue y si no sigues se pierde.

Es más fácil trabajar cuando todos sabemos y hemos acordado cómo vamos a trabajar. Por ejemplo, en un evento todos vamos en el mismo sentido y sumamos. El plan alivia de tener que elegir todo el tiempo al momento.

Hemos crecido en número de eventos vendidos, nos recordamos el objetivo más veces todos y el foco está más claro. Nos vamos escuchando más los unos a los otros lo que da pie a conocernos y a hacer lo que cada uno sabemos mejor hacer. A veces reconocemos la experiencia de lo acumulado, somos más grupo, tenemos un objetivo más común. Cuando tenemos dudas de cómo hacer preguntamos al resto para decidir mejor. Poco a poco, y en algunos casos, vamos consiguiendo mejoras en cuanto a la responsabilidad. Hay más confianza en cómo trabajar. Vamos acercándonos más al aprendizaje a nivel organizativo, incluso cuando no han salido bien las cosas.

P: ¿Ha cambiado algo tu manera de trabajar?

R: Teniendo en cuenta que no soy ninguna experta y me cuesta expresar mis ideas en una sala llena de personas, mi forma de trabajar ahora es más grupal y antes era más directa con cada persona. También pienso más en cómo invierto el día a día para un plazo no tan inmediato.

Algo inspirador y muy importante para mí es que me ha surgido la oportunidad de que a medida que la implicación vaya en aumento, podré afinar y mejorar en otras cosas, ya que dispongo de un poquito más de tiempo. También intento escuchar más y a más personas, me sorprenden curiosamente las diferentes vivencias y visiones sobre una misma cosa.

P: ¿Qué es lo que más te ha costado a nivel personal?

R: A nivel personal, la parte de esfuerzo que conlleva un cambio, hay que entrenar, es cuestión de hábito, también darme cuenta de las cosas que no hacía bien. Aprender a esperar y ser más paciente ya que en estas relaciones más grupales he necesitado un trabajo extra conmigo misma. No caer en el perfeccionismo y, algo raro, como que hay un momento en el que siento una cierta rotura de seguridades, aunque llega un punto en que las reconfirmo y me sumo más al proceso que está en marcha. También me ha costado ver dónde encajaba yo en todo esto y creer en algunos resultados teóricos.

P: ¿Qué prácticas te parecen interesantes y qué crees que no es necesario o qué se necesita mejorar?

R: Las reuniones grupales nos hacen trabajar en las relaciones entre nosotros. “La gente es difícil de odiar vista de cerca». Y, además, compartimos más y mejora la empatía. El agradecimiento que nos damos establece un vínculo personal que construye porque damos valor a alguien. La formación que nos ayuda al desarrollo personal. Necesitamos mejorar en como establecer límites, en tolerar la frustración de cuando no estamos aptos para alguna tarea, en decirnos bien las cosas, en las relaciones entre nosotros, en saber escucharnos, en no ser reactivos, en darnos oportunidades.

P: Sobre la formación recibida, ¿a qué lugares te ha llevado?

R: A tener más capacidad de adaptación, a mantener el buen ánimo, a intentar cosas nuevas y a responsabilizarme de cómo cada día influyo en la relación que mantengo con las demás personas de mi entorno y del sistema o trabajo. A entender por qué me cuesta relacionarme con esa persona, a comprender que hay muchas cosas detrás de nuestras conductas y actitudes.

P: Hubo un conflicto con un compañero que quería ser maître en Deluz. ¿Nos puedes hablar sobre este conflicto, sobre cómo se resolvió y si crees que esta forma de resolverlo, en TEAL, funcionó mejor que otras prácticas?

R: El puesto de maître en Deluz se quedó vacante en numerosas ocasiones. Cada vez que se cubría, este compañero se sentía mal porque él lo quería, con el consecuente descontento y malestar debido al estancamiento de su carrera, en este caso no se le ofrecía ya que carece de una de las características más importantes para el puesto. Lo que ocurría es que no se lo decía nadie. El malestar de este compañero estaba afectando al día a día y se decide hacer una reunión en la que todos los compañeros de sala le dicen por qué no puede hacer ese trabajo. Y, aunque la valoración no es buena, se consigue hablar y sanear en la convivencia.

P. ¿Hay diferentes niveles de compromiso en los grupos? ¿Esto afecta al cambio empresarial a ser organización TEAL? ¿Y al trabajo diario?

R. Los diferentes niveles de compromiso con el trabajo existen en los grupos e individualmente y eso afecta a que el trabajo diario no sea el necesario para obtener resultados positivos, aunque la idea es que la dirección, por hábitos y a medida que los resultados sean buenos, hará que ese compromiso crezca.

P. ¿Qué esperas en el futuro?

R. Ser capaz de aportar soluciones valiosas, ser capaz de cambiar para mejorar mi área de influencia, de asumir hábitos día a día para ir transmitiéndolos y encontrar los consejeros adecuados que puedan ayudarme a enfocar. Y me gustaría ser capaz de incorporar medidas de bienestar y aprender de verdad a mejorar las relaciones, ya que las buenas relaciones nos mantienen más sanos y que siga siendo un proyecto en el que merezca la pena estar.