Cómo hacer entender la economía de Deluz y Compañía a 160 personas

Analizamos mucho las reuniones. Tanto Luis como yo somos autocríticos con nuestro trabajo y le damos mucha importancia con el objetivo de hacerlo cada vez mejor. Nos tomamos cada reunión como una oportunidad de mejora, de que sea más eficaz que la anterior.

También nos gusta utilizar el consejo de los que nos rodean: Inma, Fausto, Lucía, Cesia o Carlos. Y de los propios compañeros que asisten a las reuniones. Muchos tienen estudios en economía y empresas, aunque no se dediquen a ello. Les preguntamos cómo hacer mejores reuniones; desde qué explicar, cómo explicar, en qué hacer hincapié o incluso el ambiente más adecuado y los medios para llevarlas a cabo.

Miguel, con sus talleres, también nos ayudó mucho en esto. Empatizamos con nuestros compañeros y ellos, a su vez, con nosotros. Eso nos genera confianza para exponer y, a la larga, tranquilidad para todos.

En los locales hemos tenido un poco de todo. Compañeros que han entendido todo a la primera y algunos otros que les ha costado un poco más, pero finalmente han acabado encontrando el sentido a la reunión y valorando el tiempo que les dedicamos.

Cuando te adentras en el proceso formativo de compartir la información económica tienes que adoptar un papel mucho más amplio; no lo solamente trasladas los resultados, si no que tienes que hilar muy fino en tus comentarios para que no haya ningún tipo de contradicción, ser conscientes de cómo es la energía en la reunión para saber si es positiva y nos ayuda a conseguir el avance del grupo.

Este último punto se está convirtiendo en vital. Por esto siempre que organizamos las reuniones económicas trabajamos en equipo. Solemos estar principalmente Luis y yo, aunque en el último transcurso de tiempo Cesia se ha incorporado con nosotros para poder ayudarnos. Es muy importante su figura en nuestro equipo, ya que desde su visión, dando primeros pasos en estas reuniones, nos ayuda mucho a darnos cuenta detalles que hemos podido pasar por alto.

En ocasiones, además de hacer entender la economía de la empresa, tenemos que ayudarles a canalizar una posible frustración sacando la parte positiva de cada momento. Esto es un proceso bastante más complejo que solo ver números y en estos años hemos tenido bastantes ejemplos.

Como en La Vaquería Montañesa, un local que esta incrementando venta de manera exponencial durante 2019, los resultados finales no están siendo tan buenos como esperábamos. No es que no se creyeran los datos, sino que no se estaban dando cuenta de en qué estaban fallando o qué se podía mejorar.

En El Machi nos pasa algo parecido, aunque las ventas no estén mejorando. Cuando el equipo recibe los datos, a veces centran sus esfuerzos en detalles que puedes llegar a ser insignificantes para los resultados finales, por lo que nos toca reconducir situaciones y pensamientos hacia ejercicios o tareas que sean realmente eficientes.

Como se puede ver, compartir cultura económica engloba mucho más de lo que puede representarse en una gráfica o en una tabla. Y por supuesto hay momentos complicados cuando no se consigue lo que el equipo esperaba, pero en el fondo siempre se observa el compromiso de mejora del equipo, y es algo que se agradece.

En la última visita a Madrid, en la que hemos tenido reuniones para mostrar las PyGs de los meses de septiembre y octubre de 2019 en los restaurantes, hemos recibido una noticia agridulce. Una compañera de Celso y Manolo empezará en unos meses un nuevo proyecto fuera de la empresa y su principal tarea será la de ocuparse del departamento administrativo. Como digo agridulce porque estamos tristes porque nos deja, pero contentos porque nos reconoció nuestro trabajo y nos agradeció todos los conocimientos que le aportamos y que finalmente le han ayudado a conseguir un nuevo empleo, más parecido a lo que ella estudió (es licenciada en Derecho) y tendrá un horario mejor que el de hostelería. Este tipo de situaciones y momentos son los que queremos conseguir.