La fuerza del agradecimiento

«Dar las gracias a otro nos lleva a fijarnos en su luz, en su poder para el mundo, en su capacidad, en lo que aporta»

Llevamos 18 meses acabando todas las reuniones dando las gracias a algún compañero concreto por algo que sintamos gratitud. Estoy impresionada del poder de la gratitud, de cómo cambia la energía del grupo y de cada persona. Creo que esta práctica lleva a quitar las miradas negativas sobre el otro, a dejar de fijarnos en lo feo y en lo malo. Creo que al relatar y sacar a la luz lo bonito del otro, nos empezamos a fijar más en lo bueno de cada uno, que es siempre mucho, y aprendemos a convivir con el otro, con sus defectos, con sus limitaciones. Buscamos el lugar donde aporta, y no lo contrario.

Es precioso para el que da las gracias la generosidad de reconocer al otro, el amor que desprende, la mirada a la belleza a la que te lleva. Todos tenemos un ser bello, a veces escondido, a veces ignorado, y lo bonito de esta práctica TEAL de gratitud es que siempre saca belleza.

También saca a relucir los liderazgos naturales y las capacidades de cada uno en el reconocimiento de los otros. En las reuniones, es curioso, siempre suelen dar las gracias al que forma bien, al que acoge con cariño al nuevo, al que aporta energía positiva en los conflictos… Estos agradecimientos también nos llevan a escoger mejor a los líderes, porque reconocemos y aprendemos todos a través de la escucha las cualidades del otro.

Para la persona que recibe las gracias, es bonito sentirse reconocido por otro. Creo que eleva la autoestima y nos da sentido en nuestro ser con los otros. Su reconocimiento nos acerca al otro y da significado a nuestro esfuerzo, a nuestro lado bonito, que se ve reforzado.

Aprendemos a conocernos a través de las miradas de los otros, y creo que también a querernos. También a través de las gracias de los otros nos hacemos más poderosos. Pienso que cuando nos reconocen y agradecen nuestro ser, crecemos en ese ser bonito que nos hace muy poderosos.

Hay reuniones duras, de conflictos de tensiones, y acabar con esta práctica de gratitud nos quita la tensión, nos lleva a una energía de solución, de escucha. Es impresionante cómo cambia la energía del grupo.

Hay personas que a veces dan las gracias al grupo entero, y entonces no funciona, porque si todos agradecen al grupo es una práctica que parece políticamente correcta.

Lo bonito, lo transformador es cómo va cambiando nuestra mirada del otro, cómo aprendemos que todos tenemos algo que aportar, algo que dar al mundo y a los otros.

A mí personalmente me tiene impresionada el poder de la gratitud, el acabar siempre las reuniones con estas prácticas nos ha llevado al auto conocimiento grupal y personal, y por tanto al crecimiento personal y grupal también. A querernos más y respetarnos. Y a aprender a convivir más sanamente.

Es una práctica que no ha costado hacerla, todos hemos conectado creo que fácilmente con ella, y ya es una costumbre en nosotros.

Es una práctica sencilla, sin coste, o con el coste de generar esos espacios de tiempo, que nos aporta tanta riqueza como seres humanos, y tanto crecimiento y conocimiento, que no sé por qué no nos han enseñado a hacerla en los coles desde pequeños.

Es una práctica TEAL que nos conecta también con la plenitud y con la trascendencia.

Creo que es una práctica de autocuidado, de cuidado con el otro y con el grupo. Al dar las gracias, te cuidas a ti mismo; te cuidas cuando te fijas en lo bonito del otro. Nos damos espacios grupales para expresarnos, para darnos las gracias y para querernos.

A veces te lleva también a momentos místicos de dar gracias a la vida por toda esa belleza que desprenden los otros cuando tienen un ser reconocido y agradecido. A momentos para hablarnos, para cuidarnos y para querernos, que hacen que luego la convivencia fluya mucho más y colaboremos con más amor y de manera más inteligente, porque nos posicionamos donde cada uno puede ayudar.

Por concluir, es una práctica que me tiene enamorada por su poder de transformación. Dar las gracias es poderoso, bonito, poético y lleva a las personas y a la organización a unos lugares tan bonitos y potentes difíciles de imaginar cuando no lo has practicado.