Cómo estamos creando cultura TEAL en las personas y en los equipos

«Formación, reflexión y práctica del aprendizaje. Así, resumidamente, vamos creando cultura TEAL»

Primero, asentamos las bases con formación. Todas las personas de la empresa hemos asistido a 10 días no consecutivos de formación en cultura TEAL. Nos parecía muy importante que todos tuvieran unos conocimientos teóricos y horas de reflexión compartida para poder ejercer la cultura TEAL. Teniendo ese conocimiento y orientación podíamos empezar a aplicarlo en nuestro día a día de empresa en todas las esferas: reuniones, decisiones estratégicas y cotidianas, etcétera.

Poco a poco fuimos (y vamos) cogiendo todos los hábitos TEAL: el pensamiento, la práctica, el gusto, el recordatorio, nuestro orgullo de trabajar en TEAL y nuestra reafirmación de que queremos ser y trabajar en TEAL.

En nuestra sociedad no llevamos en la sangre la cultura TEAL, ni en nuestro consciente y menos en el subconsciente, en nuestra memoria histórica, en nuestros hábitos, en nuestro sentir y pensar. Creo que, a nivel social, la cultura TEAL de momento solo está en nuestra necesidad de buscar otros modelos alternativos de organizarnos a los actuales que nos ahogan vitalmente y muchas veces nos enferman. La cultura TEAL solo está en algunas organizaciones en el mundo precursoras e iniciadoras de esta nueva cultura que tanto puede hacer por evitar el sufrimiento que se puede evitar, ese que tanto nos aleja de una vida feliz.

Venimos de una cultura vertical donde las decisiones las toman unos pocos, donde se nos ha enseñado desde pequeños a no cuestionar la autoridad, a nuestros padres, a nuestros profesores, a nuestros jefes. Venimos de una cultura del sometimiento, del castigo y así, lentamente, los castigos nos van robando la voz, los gritos, la rebeldía necesaria para iniciar nuevos proyectos, para protestar, para escuchar y sacar nuestra voz, porque nos marcan y exigen un determinado tipo de voz. Venimos de una cultura mental, racional, alejada del cuerpo y de los sentimientos.

Aunque esto va cambiando poco a poco. De pequeños no nos enseñaron a hablar sobre nuestros sentimientos y por eso, al principio, en las reuniones de trabajo TEAL, cuesta decir una palabra de cómo estamos. En muchas reuniones, y ya llevamos cientos, observo que las personas resuelven la ronda con un estoy bien. Cuesta poner nombre al sentimiento verdadero. Cuesta mostrarnos frágiles, nos da miedo mostrar nuestra vulnerabilidad. Por eso, a veces, empezamos las reuniones de manera diferente contando algo que nos ha puesto contentos esta semana para intentar concretar más y no quedarnos en el tópico de «estoy bien».

Cuesta conectar con nuestro cuerpo y la energía y su relación con nuestro estado sentimental. Cuando vamos al médico y nos duele la cabeza nos recetan unas pastillas para quitar el dolor, pero no nos hacen cuestionarnos nuestros hábitos emocionales, corporales y de alimentación. Son recetas para quitar el dolor a corto plazo, para poder seguir produciendo a corto plazo. Para cuando enfermemos a medio o largo plazo, ya estaremos fuera del sistema productivo porque nos habrán echado de él las grandes corporaciones especulativas que nos saquean con su cortoplacismo bursátil.

La cultura TEAL es holística, porque a la plenitud solo podemos llegar desde todo nuestro ser, nos enseña a conectar con nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra alma y espiritualidad.

Venimos de una cultura del victimismo en ciertas esferas sociales donde cuesta conectar con la responsabilidad individual porque la culpa siempre es de otros. El victimismo da identidad y, en realidad, nunca nos han enseñado a conectar con otra identidad que no sea esa. A los poderosos les interesa que algunos grupos sociales se estanquen en su papel de víctimas.

A esto se le agrega otra cultura, la liberal, donde en ciertos estratos se nos enseña que se puede triunfar si tú quieres, que todo depende de ti. Como si la política, las circunstancias sociales, nuestras herencias familiares no influyesen en nuestras vidas. Esto resta empatía del que triunfa sobre el que se estanca u oxida en el sistema. Porque la culpa es toda de él, que no quiere o no hace por triunfar. Todo es el yo, como si el grupo o la sociedad no afectase en nuestra persona.

Estas dos tendencias tan occidentales hacen que nos cueste conectar con la cultura TEAL, que versa sobre la responsabilidad individual, la solidaridad, la colaboración grupal y la empatía para entender y respetar la singularidad de cada persona.

Nos pesa en occidente una cultura del yo, lo que yo llamo «yo, yo, yo y más yo». El triunfo es individual. El exceso de ego nos domina y nos aísla del otro y del grupo.

Escuchas continuamente «yo me cuido, yo busco placer», como si no necesitásemos al otro o al grupo para nuestro bienestar o nuestra felicidad. No podemos ser felices en una sociedad tan desigual donde hay tanta gente muriéndose de hambre y de enfermedades evitables, donde hay tanta violencia y violaciones. Cuando el grupo sufre, también sufre uno. Y en lo TEAL se le da mucha importancia al grupo, al bienestar del grupo, a la energía grupal, a cómo convivir inteligentemente y en armonía para ser más felices y sostenibles.

También la cultura de hoy, dominante, es una sociedad estratificada, de roles determinados y estancos: el ingeniero es el que piensa, y el limpiador el que limpia. El CEO, el que ordena, y el trabajador es el que obedece; el profesor, el que evalúa y el alumno, el evaluado. En la cultura TEAL todos pensamos porque el pensamiento grupal nos lleva a lugares más inteligentes y a puertos más navegables.

Aunque tengamos esta pobreza sobre la cultura TEAL, porque no ha estado en nuestras vidas e infancias, es sorprendente lo fácil que se instaura y se queda por el enamoramiento que produce, por la plenitud a la que nos lleva y el bienestar que se alcanza. Con formación, práctica diaria, avances en más y más prácticas diarias de empresa todos nos piden seguir y seguir, avanzar y avanzar, tirar a la basura las viejas prácticas.

No quiere decir esto que a veces no cueste, que a veces todos tengamos comportamientos no TEAL, pero para el poco tiempo que llevamos, apenas dos años, y con solo 10 días de formación (comparados con los miles de días que hemos estado en el cole), es impresionante lo poco que nos ha costado empezar a navegar por los mares TEAL. Es como si nuestro ser estuviese hecho para navegar en esas embarcaciones TEAL y por eso nos amoldamos tan fácil y de forma tan natural. A jóvenes y mayores, a todos, nuestras velas se despliegan y empezamos a navegar con esos vientos fáciles y con la mar en calma, donde todo cuesta menos esfuerzo.

Ejemplos de nuestras prácticas diarias que crean, expanden y fortalecen la cultura Teal:

  • Haciendo cada reunión siempre con la metodología colaborativa. Siempre, siempre. Así queda instaurada la práctica de acabar las reuniones con un agradecimiento personal a alguien y observamos cómo la gratitud nos armoniza y cohesiona.
  • Empezando siempre con una palabra de cómo estamos. Lo hacemos para crear y consolidar la cultura TEAL de conexión con la plenitud. Los impulsores o motores TEAL de la organización intentamos dar ejemplo y ser honestos, conectar desde la escucha profunda con nuestro estado sentimental y dar ejemplo con la expresión. Hay días que a mí me ha costado mostrar mi vulnerabilidad, de alguna noche sin dormir por un problema de mis oídos, por ejemplo, pero me he esforzado y lo he contado. Creo que cuando conectamos y contamos nuestra verdad, damos alas a que el resto de las personas puedan expresarse y conectar con su plenitud. Mi hermano Carlos, que es muy optimista porque además siempre tiene mucha ilusión, nunca contaba que se encontraba mal o sus miedos. Él también ha dado ejemplo llegando días a las reuniones y contando que se encontraba mal, que estaba preocupado por algún tema personal. Ha salido de su rol de optimista, el que siempre estoy bien, el que siempre da ánimos. Creo que su ejemplo nos ayuda a todos a contar nuestro ser. El poder relatarnos en nuestro sentir nos ayuda a acercarnos a las personas, a conocernos y a querernos. Y desde el querer, la empatía y el respeto, siempre es más fácil el trabajo y la colaboración.
  • Pidiendo Carlos y yo perdón en público. Por Slack o en reuniones cuando volvemos a prácticas antiguas no TEAL y nos equivocamos generando más conflicto.
  • Llevando la dinámica TEAL a cada vez más áreas de la empresa, hasta abarcar todos los ámbitos. Por ejemplo, hacemos las entrevistas de trabajo en TEAL y, después de haber dado un poco de formación sobre cómo hacerlas, se apunta a hacerlas parte del equipo que tiene interés en ello. Si es una entrevista de camareros se apuntan las personas de ese restaurante para el que es el puesto. Así creemos que se consigue más implicación en sacar a esa persona adelante en la empresa y mayores posibilidades de que su integración sea un éxito, creemos que conseguimos mejores acogidas. Creo que a veces muchas empresas perdemos talento en la empresa porque hay personas que no encuentran su hueco o se sienten poco integrados por la mala acogida o aislados. El hecho de que te entreviste el equipo que te va acoger creemos que ayuda al éxito de la incorporación. Y como el trabajo es tan importante en nuestras vidas nos sentimos muy orgullosos de minimizar los casos en que una persona no sale adelante en nuestra organización. Además, los entrevistadores cuentan la metodología TEAL a los candidatos, para que los futuros compañeros tengan una narrativa oral a modo de introducción.
  • Facilitando espacio para tomar decisiones por consejo o por consentimiento cuando el debate está en el grupo.
  • Hemos creado la figura de embajadores TEAL que son aquellas personas que conectan mucho con lo TEAL, quieren profundizar y expandir, impulsar y defender sus prácticas.
  • Hemos creado la figura de facilitadores TEAL, que se están formando en cursos más especializados o avanzados. Estas personas son las que facilitarán las reuniones de operativa y de gobernanza en los grupos, las que diseñarán dinámicas de resolución de conflictos, de feedbacks con metodologías colaborativas.
  • La cultura TEAL se hace también escribiendo como en esta web, documentando, entrevistando. En cada entrevista se nos pregunta y nos hace reflexionar, recordar y volver a la identidad TEAL.
  • La cultura TEAL se crea también compartiéndola con otras organizaciones. El año pasado nos invitó el Grupo Mondragón a una jornada de reflexión en la que todos los directores de recursos humanos del grupo se preguntaban sobre si ellos se tenían que reinventar. Nos llamaron para dar la visión externa de una empresa que se había reinventado. También nos invitó el Basque Culinary Center para explicar nuestro ecosistema con el trabajo que hacemos con los productores y con nuestra organización TEAL. Y por último, hemos estado hace unos meses en Zaragoza exponiendo para ADIPE qué es una empresa TEAL y cómo ha sido nuestra transformación. Al preparar en TEAL estas charlas e ir varias personas de la organización a impartirlas, no solo Carlos o yo como CEOs, profundizamos en las prácticas TEAL. Contarlo refuerza nuestras culturas y nos da mucho orgullo ver cómo a tantas personas del foro les entusiasma.
  • Creamos cultura TEAL compartiendo por Slack artículos relacionados con el tema.
  • También cuando hacemos feedbacks sobre el modelo TEAL y el 100% de las personas de la organización manifiestan que quieren seguir en este modelo.
  • Comunicando cualquier tema relacionado con la organización por Slack, en reuniones grupales o de tú a tú.
  • Al hablar con comunicación no violenta y recordar al otro que hablar de otra manera no es TEAL ampliamos la cultura TEAL.
  • Cuando co-creamos nuevos proyectos entre todas las personas que formamos parte de los equipos.
  • Facilitando espacios para hacer las reuniones de operativa, de gobernanza, de análisis de cuenta de resultados y otras de proyectos donde las personas se apuntan por interés.
  • Siendo consecuentes y compartiendo beneficios.

En definitiva, practicando, haciendo, repitiendo en nuestro día a día; leyendo, compartiendo prácticas con otras organizaciones y en la escucha del aprendizaje continuo.

No creo que sirva hacer solo talleres de formación TEAL y luego no implantar las prácticas en el día a día de la organización. Así como tampoco pienso que se puede consolidar esta cultura sin teoría, sin formación, sin horas y horas de pensamiento TEAL.

Aunque todo cambio cultural cuesta, de verdad que lo TEAL es más fácil porque enamora y su fuerza te arrastra a seguir y seguir y a no querer separarte de ese modo de vivir y trabajar. Creo que cuando encontramos la plenitud ya nunca nos querremos alejar de ella. Y lo TEAL acerca y te lleva a encontrar la plenitud.